Si no quieres sufrir las consecuencias del sesgo en la selección de personal, evita
palabras o expresiones que sugieran que la empresa busca a un candidato de un sexo,
género, religión o cultura en particular. Palabras como “franco” o “competitivo” están
más dirigidas hacia un público masculino, por ejemplo.

Considera también que la jerga de moda puede ser ambigua y confusa: frases como
“rockstar en redes sociales” o “gurú de los datos” pueden parecerte atractivas, pero
¿qué hay de los candidatos? Podrían incluso sentirse intimidados, limitando tus
opciones a la hora de completar la terna.
Los dueños de negocios y la alta dirección son responsables del plan de juego, el modelo, el rendimiento y la cultura de una empresa; sin embargo, directivas como “contratar a personas excelentes” y “contratar a las personas adecuadas” suenan insultantemente sencillas y lógicas, incluso simples.
Y, sin embargo, la ansiedad y la angustia que rodean este aspecto de los negocios son casi imposibles de sobrestimar. Son los problemas de las personas los que a menudo mantienen a los líderes despiertos por la noche e impiden los objetivos de la empresa.